Blanco, imponente, silencioso. Con sus 92 metros de longitud, el Airlander 10, fabricado por la empresa británica Hybrid Air Vehicles (HAV), es capaz de transportar unas diez toneladas de carga. Además, ahorra: contamina un 70% menos que los aviones tradicionales.
Considerado el avión más grande del mundo, este coloso del aire hizo su presentación oficial esta semana con su primer vuelo de prueba, que se saldó con muy buenos resultados.
Se trata de una mezcla entre aeroplano, dirigible y helicóptero con una estructura ligera, el exterior es de fibra de carbono y su globo está relleno de helio, que facilita que se mantenga en el aire hasta dos semanas seguidas sin tripulación o cinco días con tripulación.
Puede aterrizar sobre casi cualquier superficie, ya que incluso puede despegar o aterrizar de forma vertical. Según los creadores, puede operar en campo abierto, desiertos, superficies heladas o agua.
“Es un avión para el siglo XXI”, declaró a Sky News hace unas semanas el directivo de HAV Chris Daniels. "Hay mucho interés del sector del turismo de lujo, como safaris o vuelos de recreo", sostuvo, argumentando su posición por el hecho de que tiene un interior amplio en el que entran 48 pasajeros y ventanas que van del techo al suelo.
HAV espera que el Airlander 10 llame la atención de potenciales clientes que quieran utilizarlo para el transporte de mercancía o para ayuda humanitaria, para actividades de vigilancia, comunicación u ocio.
A pesar de esta primera prueba exitosa, aún quedan tests por delante para garantizar que todo funciona de cara a un primer vuelo con pasajeros en los próximos meses.
De cara al futuro, HAV prevé construir 12 aeronaves por año hasta 2018.
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